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Aquí estamos


Sentir que la vida nos sofoca por un instante. Quizás es eso, quiere que sepamos que estamos vivos.
Justo cuando nos aburrimos y terminamos conformándonos con la rutina, nos despierta repentinamente con una sensación de asfixia enorme.. dura solo unos segundos y parecen años, durante los cuales, intentamos recordar cómo era cuando todo permanecía más estable y podíamos respirar.
Ahora, esa rutina que tanto nos agobiaba parece una opción bastante confortable, y esperamos volver: le prometemos que, de darnos otra oportunidad, jugaremos mejor las cartas e intentaremos no caer en lo mismo. Nos aseguramos de manifestar que, después de todo, no está tan mal ese día a día.. y cerramos el trato con una sonrisa un tanto exasperada.
Y de pronto, acaba. Advertimos como el aire ocupa nuevamente nuestros pulmones y suspiramos. Volvemos a respirar.
Decimos que aquí estamos. Sentimos ese entonces como algo impreciso. Vacilamos en cumplir o no lo prometido: después de todo, esa opresión ya es un recuerdo borroso, quizás no tan malo como parecía en aquel momento, y es posible que, de ocurrir nuevamente, sabríamos como manejarla.